Ciclos históricos 2020. Conjunción Júpiter-Saturno

Ciclos históricos 2020. Conjunción Júpiter-Saturno

Llegará el 21 de Diciembre y se alzará el telón por última vez para contemplar la obra que escribimos para 2020. Y en ese escenario estarán Saturno, el viejo Cronos y Júpiter, el hijo menor que osó disputarle el poder. Y nacerá un nuevo orden mundial que venía gestándose desde antes de la crisis de 2007-2008. En la fecha de Solsticio se aventura el cierre del año de los años y se inicia el invierno/verano con el nacimiento de a luz.

Escribiré más sobre el próximo Solsticio, aún queda lejos, pero en esta serie del cierre histórico de los tres ciclos de 2020 no podía faltar un avance de lo que nos trae el final de año. El 21 de diciembre, poco después del último tránsito de la conjunción Júpiter-Plutón de la que hablé en el artículo anterior, tendremos el encuentro del padre y del hijo para luchar: el primero por mantener el status quo, el segundo por establecer un nuevo sistema de poder. El primero por mantener lo bueno del pasado que sí sirve, el segundo por intuir lo que está por llegar.

Si Saturno es el poder establecido y Júpiter quien lo amenaza no se debe obviar la dimensión material del encuentro de estos dos arquetipos. Si Júpiter representa la abundancia Saturno está relacionado con la limitación y, por tanto, entre los dos forman un todo que puede afectar de manera significativa a la seguridad material. El objetivo de su encuentro sería el de facilitar el despertar a un nueva visión subjetiva del mundo, el despertar a una nueva filosofía de valores sobre lo material, apoyando el tránsito de Urano en Tauro que siempre defiendo como la oportunidad para desarrollar una nueva escala de valores en los próximos años y que será el regente de este encuentro.

Pero mientras el futuro se concreta nos toca centrarnos en el presente. Un presente que actualmente viene acompañado de otros signos que marcan momentos de crisis y sobre todo de incertidumbre. Es ahora donde está el foco. Y Saturno, el arquetipo equilibrador que nos enseña duramente, por experiencia propia y con pruebas determinantes está presente durante todo este año y puede que durante parte del siguiente. Hasta ahora, Saturno se encontraba en su regente, mientras que Júpiter en Capricornio estaba contenido, con lo que el Saturno de la austeridad tenía las de ganar en algún movimiento de la partida. El paso a la energía de Acuario el 20 de Diciembre no deja claro quién podrá más. Por un lado Saturno es el regente clásico de Acuario y está muy presente en su primer decanato según algunos astrólogos. Pero por otro lado, Júpiter es el regente interno de Acuario lo que le dotaría de un nuevo protagonismo. Podríamos ver, durante un tiempo una manifestación simultánea y a la vez muy diferenciada de las dos energías.

En una de sus dimensiones Júpiter representa el sentido de las cosas, la intuición o visión que nace de lo interno y que podría llamarse fe. Por el contrario Saturno es quien nos devuelve, una y otra vez, como una noria a la realidad. Nos podríamos debatir entre las olas de la cruda realidad empeñada en llevarnos contra las rocas y la confianza feroz de quien sabe, sin saber cómo, que saldrá del oleaje y navegará de nuevo en calma. Si nos polarizamos podemos vivir momentos desgarradores e irreconciliables. Si hacemos la síntesis y recuperamos lo aprendido en el cierre de la energía de Capricornio podríamos materializar alguna visión interna de manera práctica que nos devuelva el control del timón y la dirección hacia algún tipo de éxito colectivo. La realidad no nos hunde cuando se erige en una oportunidad de avanzar con paso más sólido. La fe nos mueve cuando, desde ella, fabricamos y construimos un nuevo golpe de efecto que nos re-orienta en nuestra búsqueda personal, no porque esperamos algo a cambio de nada.

Podría llegar el momento en que nos cuestionemos a nivel colectivo hasta qué punto nuestras ansias de trabajar, de ganar dinero, de poseer cosas nos están llevando lejos de nuestra necesidad de búsqueda de sentido de la vida. Podría igualmente ponerse a prueba todo nuestro sistema de creencias y nuestra visión de la vida a medida que vamos recibiendo píldoras de realismo, a medida que vamos descubriendo que la realidad no era del todo como la habíamos percibido hasta ahora. No recomiendo el enfrentamiento personal para defender qué es más valiosa si la verdad o la realidad. Esto implica tomarlas como dos aspectos diferenciados y no es un debate productivo. Ahora bien, si entendemos que las dos dimensiones, aún siendo diferentes están entrelazadas y forman un todo, podríamos obtener resultados muy productivos en el final de este año y el comienzo del siguiente. Lo que hoy aparece como real me puede ayudar a ajustar mi verdad. El despertar a una nueva verdad interna cambia mi forma de ver la realidad, me hace más realista.

En otro orden de cosas, si lo que Júpiter expande Saturno lo limita para que sea exagerado, y lo que Saturno limita no estrangula lo que debe seguir creciendo para que Júpiter nos lleve a conquistar nuevos territorios, quizás podamos ofrecer soluciones más realistas y productivas en la mejora de un sistema que ha mostrado de sobra tanto sus excesos como sus limitaciones para un reparto más igualitario de la abundancia del planeta. Si Saturno impregna su realismo en este comienzo de ciclo y Júpiter disemina con abundancia y alegría el espíritu acuariano de “para todos” podríamos estar a las puertas de una nueva era más solidaria y humanitaria. Pero igualmente, el eterno buscador puede buscar por buscar y no hallar más que ideas vacías, tecnología arbitraria y gran intransigencia si me creo la única en posesión de la verdad. Al mismo tiempo, desapego y desafección no son lo mismo, independencia y libertad no implican frialdad, por lo tanto la Humanidad de Acuario, lejos de vaivenes físicos, emocionales o mentales puede ofrecer lo mejor de sí misma e impulsarnos un paso más en la construcción de una fraternidad más madura.

Id a la ciudad 
y os encontrará un hombre con un cántaro de agua 
y en la casa en la que él entrare, seguidle

(Lucas 22:10)

El hombre del cántaro de agua marcó el espacio donde los 12 discípulos se convirtieron en uno sólo. Así Júpiter en Acuario, el signo del cántaro de agua, puede ser el motor de los hombres y mujeres dispuestos a hacer de su propósito el reparto de agua pura y limpia y crear espacios donde las libertades se compartan, donde las consciencias personales y los liderazgos se sumen, donde las necesidades humanas se intuyen por todos y para todos.

Saturno y Júpiter se encuentran cada 20 años y así lo harán de nuevo en Octubre en 2040 en el signo de Libra lo que podría cerrar y abrir un ciclo equilibrio en el reparto de Justicia Social. En ese momento Saturno estará exaltado en Libra por lo que, de nuevo las energías podrían estar alineadas en la expresión de la mejor versión de estos dos arquetipos sociales. De hecho, en Astrología esotérica se dice que “lo que se inicia en Aries, se manifiesta en Acuario y alcanza el Libra su equilibrio”. De tal manera que aquello que ya hemos iniciado podría estar a punto de manifestarse para llegar a un punto de equilibrio a partir de 2040.

En el futuro inmediato se verá si a nivel filosófico y espiritual se manifiesta en lo práctico el concepto de que todos somos parte de un todo indivisible que no tiene porque llevarnos a sacrificar nuestras individualidades sino más bien al contrario, a potenciarlas. Veremos si estamos lo suficientemente maduros para continuar el camino del Zeus humanizado. Si Zeus descendió del Olimpo y se humanizó con la figura de Jesucristo ahora somos toda la Humanidad en su conjunto la que podemos constelar esa energía y convertimos en líderes y maestros de una realidad más consciente. Podríamos constelar la generosidad, la empatía universal y empezar a sintetizar y a conectar con una realidad más abstracta. La Astrología podría ser una de las herramientas beneficiadas con la expansión de un conocimiento más universal para todos de realidades más sintéticas y abstractas que nos ayuden en el encuentro de verdades internas profundas. La ayuda y el servicio podrían nacer de acciones grupales mucho más poderosas dando cabida a realidades individuales más maduras y creativas y con una bondad y un sentido práctico de gran valor, con trabajo, esfuerzo y desinterés colectivos.

Trascended todos los códigos de la ley y
entregaos a Mí como uno”.

Krishna

Si Júpiter está destinado a esparcir de manera abundante la sabiduría aprendida y contenida de Acuario a través del valor del grupo y en solidaridad podríamos lograr ver algún atisbo de solución tecnológica de gran beneficio para toda la Humanidad. Desde este punto Júpiter tiene el poder de conectar la diversidad de cada alma con la consciencia impersonal y unificadora que hay dentro de cada uno de nosotros. Tiempos realmente apasionantes los que se nos presentan en el futuro inmediato. Para la Astrología Esotérica la conjunción Júpiter-Saturno en Piscis anunció el advenimiento del Mesías. Veremos que anuncia en el signo de Acuario en este momento de ciclo histórico en el que nos hallamos inmersos.

Por último señalar que el encuentro entre Júpiter y Saturno se dará en el grado 0º de Acuario. Este grado representa un portal hacia lo nuevo. Representa el entusiasmo del niño pequeño, del ser libre que aterriza en un nuevo territorio dispuesto a explorarlo desde su pureza, desde su inocencia, con enorme potencial creativo. Previsiblemente ya se ha entendido y se ha digerido la experiencia vivida en el grado 29º de Capricornio donde poco se podía hacer.

El 21 de Diciembre estaremos ante a las puertas de la nueva era. Ahora, aquí en este momento en que escribo aún no hemos cerrado el final de esta fase. Ahora es prioritario sostener la urgencia del viaje mientras integramos y recapitulamos sobre todo lo que quedaba por recoger antes de partir hacia un nuevo escenario. Aún nos queda por decidir que dejamos atrás, de qué nos deshacemos y qué es lo que sí nos servirá y podemos guardar. Estamos en pleno proceso.

TRILOGÍA COMPLETA DE TRÁNSITOS DE 2020

Ciclos históricos 2020. Conjunción Júpiter-Plutón

Ciclos históricos 2020. Conjunción Júpiter-Plutón

De las tres grandes conjunciones que se sincronizan en 2020 ésta podría ser la más potente. En Astrología una de las cuestiones que se tiene en cuenta para analizar el impacto de un tránsito como éste es su duración. El tránsito Saturno-Plutón tuvo lugar en su punto exacto en enero, el de Júpiter-Saturno** tendrá lugar en diciembre y éste será conjunción perfecta tres veces durante el 2020. Esto quiere decir que todo lo que el final de ciclo Júpiter-Plutón tenga que resolver antes de iniciar una nueva etapa será planteado en tres fases alargando e intensificando el proceso de cierre.

Las fechas a anotar en el calendario son las siguientes:

  • SATURNO-PLUTÓN: 12 de enero de 2020
  • JÚPITER-PLUTÓN: 4 de abril de 2020 | 30 de junio de 2020 | 13 de noviembre de 2020
  • JÚPITER-SATURNO: 21 de diciembre de 2020

Todos los encuentros, menos el último, se dan bajo el signo y la energía de Capricornio. Durante todo el 2020 los tres planetas se entrelazan formando una alianza de intenciones conjunta antes de pasar, finalmente al signo de Acuario en la última unión de pares. Como ya os comentaba en el artículo anterior Júpiter y Plutón son hermanos en la mitología. Júpiter es el hijo que destruye y acaba con el poder de su padre, Saturno o Cronos. Y Plutón es uno de los hijos que Saturno devuelve a la vida cuando es destruido. Estos dos hermanos, junto a Neptuno se reparten el poder una vez alcanzan la victoria. Júpiter reinaría en el cielo del Olimpo, Neptuno en el mar y Plutón descendería al inframundo para no regresar de él salvo en tres contadas ocasiones. Y como hermanos, son tres aspectos de un mismo todo. Por eso, Zeus desciende de vez en cuando al submundo y en la mitología se le conoce como Zeus Ctónico (Zeus Ectónico) cuando realiza este movimiento. Zeus y Plutón son, en ocasiones, el mismo nombre para dos energía complementarias.

«No lo voy a negar, actué de tal manera que no pudo escapar ni evitar la muerte. Una cobertura sin salida, como una red para un pez. (…) una ofrenda votiva para el Zeus ctónico, el salvador de los cadáveres».

 Esquilo. Tragedia Agamenón. 458 A.C.

¿Qué energía se mueve entonces cuando el Dios de la Luz, del Sol y del Cielo viaja al oscuro centro de la tierra, cuando desciende a sus entrañas? Pues justamente la que se expone en este extracto de la Tragedia Agamenón. Pertenece a la trilogía de la Orestiada, la única que se conserva del teatro antiguo griego y en ella Esquilo narra el regreso de la guerra de Troya de Agamenón, rey de Micenas, después de 10 años. Un regreso a casa donde encuentra la muerte a manos de su mujer en venganza por el sacrificio de su propia hija. Zeus ectónico, “el salvador de cadáveres”. El Zeus subterráneo al que se despertaba con golpes en la tierra, también mencionado en la Ilíada. Excelentes metáforas para lo que implica el momento histórico que estamos viviendo.

Todo aquello que “sea un cadáver” en lo político, en lo social o en lo económico, todo aquello que haya sido excesivo, abuso de poder en general, ya que estamos en Capricornio, podría ser salvado y resucitado tras “la muerte”. Es decir, que podría de pasar por un proceso de regeneración muy profundo en el que algo tiene que morir, desaparecer, romperse, caer. Si Zeus viaja al centro de la Tierra es para poner su luz en la oscuridad. Y eso implica poner al descubierto las grandes mentiras o los grandes secretos mejor guardados. Todo aquello que negamos y a lo que ahora mismo no queremos mirar de frente despertará de repente como un zombie para mostrarse a la luz del día. Tras desvelar lo que estaba oculto es cuando podemos comenzar un proceso de digestión para aceptar, que no resignarnos, y abrazar aquello que también somos, nuestra sombra.

La regeneración que pasa por aceptar que somos mortales y que necesitamos seguirnos transformando para lograr un mundo más tolerante y flexible sólo puede darse al final del proceso. Por eso Hesíodo también hace referencia al Zeus Ctónico resaltando una dimensión diferente, presentándolo como el protector de los frutos de la tierra. Así Zeus y Plutón, Plutón y Zeus son dos arquetipos que se confunden y se funden para que todo lo que habita en lo más hondo de nuestro inconsciente, ya sea personal o colectivo, reviva y tome una dimensión nueva, distinta y en su versión más positiva, regenerada.

Estamos todos embarcados en este viaje que terminará hacia finales de año pero y que no será la última aventura que hemos decidido vivir en estos tiempos de cambio de sistema y de orden mundial. Tras el triple encuentro entre el padre y los dos hijos el mundo inicia un ciclo que hará que en unos 30 años este mundo no tenga nada que ver con lo que hemos
conocido hasta ahora. Ahora bien, el resultado final no está escrito. El mundo de posibilidades sigue ahí fuera. Dependerá en qué nos enfoquemos para que el telón caiga de un lado o de otro. Tan posible es que mejoremos la forma en que ejercemos el poder como que caigamos en una deriva más autoritaria ya que en algunos ámbitos prima aún la visión hobbesiana a partir de la cual una parte de la ciudadanía necesita dirección y orientación en su forma de moverse en el mundo. A esta visión se le opondría la que muestra que Júpiter y Saturno son dos planetas que se activan para inducirnos a la madurez en nuestros procesos de socialización.

Son momentos difíciles. Lo oculto cuando emerge nos produce una especie de shock ya que es denso, oscuro, difícil de digerir. Es algo que estaba ahí desde el principio pero que hemos negado durante eones de tiempo. La forma en que emerge, después de tanto tiempo enterrado, es abrupta y se puede sentir como una erupción emocional que puede llegar a sobrecogernos, puede que incluso nos ahogue. Sin embargo, la ansiedad emerge más provocadora cuanto más o tratamos de taponar la salida del volcán. La paz interior y la serenidad llegan más bien cuando hemos liberado todo lo que tenía que salir. Cuanto más escondido haya en el interior de las entrañas más fuerza tendrá la erupción.

En palabras de Brian Clark, en su artículo publicado en el número 4 de la revista Stellium, estamos ante un cambio climático en todos los niveles de la vida a escala mundial:

Los astrólogos mundanos del pasado han visto que este ciclo representa el ascenso de las actividades terroristas internacionales, reordenamientos políticos y cambios económicos. Es seguro que los próximos trece años tendrán estos temas como protagonistas. Con suerte, las imágenes reconstructivas de los tiempos, junto con la honestidad y la justicia forjadas en la conjunción Júpiter-Plutón, pueden traer ideas innovadoras para el colectivo. Es un período de cambio climático, no solo desde eL punto de vista ecológico sino también social y espiritual

Brian Clark. Revista Stellium nº 4. 2020

Plutón está relacionado con la minería y la riqueza. De hecho si Plutón es riqueza Júpiter es abundancia. Por lo tanto, no descartemos este momento vital de vida como la luz que acabará con ciertos vampiros y un buen número de energías oscuras de la noche. Descubrir qué parte de ti hay en el Mr. Hyde del que todos participamos es un reto que podría ser altamente revelador. Ahora más que nunca te toca reflexionar sobre tu visión del mundo, sobre tus ideas, sobre tus creencias. Ahora más que nunca la abundancia que reconozcas es la que estás contribuyendo a generar. Si tan sólo recibes mensajes, vídeos, noticias, los reenvías, los compartes y no pasas el filtro de tu propia verdad no estarás contribuyendo a generar abundancia y a expandir tu propia luz. Aún peor, estarás siendo utilizado como altavoz de intereses ocultos que pretenden seguir perpetuando el status quo y el poder tal cual lo hemos percibido hasta ahora. Pero el cambio es profundo y el poder en Capricornio está en tela de juicio en sus dimensiones personal y colectiva y el ciclo está llegando al acto final. Puedes seguir el guión como hasta ahora o puedes reescribir tu misma otro final diferente, el que te guste, con el que sueñas. Recuerda: “si algo no ha terminado bien es que aún no es el final”.

TRILOGÍA COMPLETA DE TRÁNSITOS DE 2020

Ciclos históricos 2020. Conjunción Saturno-Plutón

Ciclos históricos 2020. Conjunción Saturno-Plutón

Inspirada en la propuesta de Brian Clark de estudiar las claves simbólicas y astrológicas del ciclo Júpiter-Plutón, publicada en el nº4 de la Revista Stellium, me propongo presentar la trama que puede desarrollarse de la mano de otra de las conjunciones más significativas de 2020: Saturno-Plutón. Dicha conjunción, que inició el 7 de noviembre de 1982 a 27 grados de Libra y ha llegado a su fin el 12 de enero de este año, termina e inicia un nuevo ciclo que durará hasta el 1 de febrero de 2054. Esto hace que 2020 sea un año puente entre el cierre del ciclo en el que se pondrán al descubierto las carencias en las relaciones internacionales tal y como se han venido planteando y la apertura de una nueva fase en la que se podría establecer la semilla de nuevas formas de poder.

A nivel político nos encontramos inmersxs en una fuerte polarización. La sociedad está más dividida que nunca entre dos posturas políticas antagónicas que simplificaré de la siguiente manera. Por un lado están los que han comprado la historia de que el enemigo es el «vecino»: “el que viene de fuera es quien me quita el trabajo y el dinero”Por otro lado están los que han comprado la historia de que el enemigo es «el de arriba»: “las élites me explotan, me quitan el dinero y mis posibilidades de un futuro mejor”. En la cima de su Olimpo está Trump, identificado con la primera postura. Enfrente, Sanders, el aspirante a la Casa Blanca que ha batido el récord de donaciones para una campaña en Estados Unidos y que claramente defiende la segunda postura. En España, se vive el destape descarado y a tumba abierta de la extrema derecha que hasta ahora se nutría, discretamente, en el útero materno del partido conservador, el Partido Popular. En paralelo, en Latinoamérica se vive, de nuevo, la lucha por el poder dentro de esta dualidad. Y entre col y col, algo se está removiendo en las entrañas de Oriente Medio donde todavía el control y el dominio por el petróleo no parece estar terminado de resolver; el Papa levanta el secreto pontificio para casos de pederastia y desclasifica documentos; y el Príncipe Harry renuncia a sus derechos de la corona inglesa para trabajar, ser independiente económicamente y fundar una ONG.

En términos de Brian Clark, en 2020 tres personajes de mucho peso en la mitología contada por Homero y Hesíodo, que representan claves psico-sociológicas vitales, se reúnen para compartir impresiones. Al encuentro de los dos hijos, Júpiter y Plutón, descrito por Brian en el artículo anterior, se suma el padre, Saturno. Saturno o Cronos, el padre que no supo envejecer y dejar el poder a tiempo y empezó a tragarse a sus hijos hasta que su mujer Rea lo engañó, se mide frente a frente con Júpiter, el hijo que lo destrona para liberar al mundo e instaurar un nuevo orden de poder y con Plutón, el hijo que es tragado por su padre y regurgitado después y que aprende, al igual que Jonás, lo que es pasar un tiempo en el encierro, en la oscuridad, en el olvido. Así, a nivel mundial, el padre puede ser destronado al tiempo que puede vomitar de su interior aquello que tiene que pasar de vivir oculto a ver la luz y salir transformado por el proceso del tiempo.

Esta es la época de la historia en la que más generaciones estamos conviviendo juntas. Ahí tenemos lo que representa la imagen de Greta en la ONU. En este encuentro de dioses, lo que tendremos serán los representantes del pasado, del presente y del futuro. Los tres con visiones muy diferentes de la vida. La postura de los que quieren liberarse de lo que les ata y les limita se enfrenta a la postura de los que sienten que nunca nada cambia o que no quieren que cambie nada porque más vale lo malo conocido. Es por ello que las posturas se polarizan hasta extremos. Será así hasta que se dé un acuerdo entre los dos, hasta que se integre lo diferente y podamos seguir avanzando en nuestro proceso de crecimiento personal así como el de maduración como ciudadanos y habitantes de este planeta. Y para ello debemos quitar el miedo a enfrentar nuestro lado oscuro. Como Saturno vomitó a Plutón, en España el partido conservador, por ejemplo, ha vomitado a Vox de sus entrañas. Se sabía que estaba ahí, pero sólo ahora que ha salido puede ser visto, enfrentado e integrado como una parte más de nosotrxs mismxs. Esperemos que el portador de la visión de futuro, de la esperanza de un mundo mejor, sepa imponer su criterio para aunar los extremos. El pasado nos enseña, el presente nos curte y el futuro nos eleva. Y siempre hay algo más allá, en el siguiente paso, a la vuelta de la esquina. Por ello todo el mundo de creencias en el mundo físico, en el emocional y en el espiritual está en pleno cambio.

En concreto, con relación al cierre de ciclo entre Saturno y Plutón, el encuentro es bastante dramático. Saturno está muy relacionado con Caronte, el barquero que llevaba a las almas al inframundo, el reino de Plutón. Juntos hacen ese tándem que puede hacernos transitar, a nivel social y colectivo, por procesos de profunda transformación. Procesos que además no son gratuitos porque, si recordamos el mito, había que pagar una moneda a Caronte para cruzar el río en su barca, a veces dos: una de ida y otra de vuelta, si se regresaba. Es un símbolo de cómo nos toca pagar a cambio de seguir, de entrar, o de regresar, y lo que pagamos suele vivirse como pérdida, en alguna de sus formas, bien sea mental, emocional o material.

A nivel global, esta conjunción está relacionada con guerras. Según los principales astrólogos que han estudiado los acontecimientos históricos asociados a ella, cada vez que esta conjunción se ha formado hemos vivido una guerra. El hecho de que esto no esté ocurriendo ahora mismo puede ser fruto de la esencia misma de los signos de apertura y cierre del ciclo, Libra y Capricornio. Mientras Libra prima la paz por medio de la negociación en su versión más positiva, Capricornio enfría el momento presente para enfocarse en el éxito que puede posponer a fin de que llegue un momento más oportuno para lograrlo. Puede que incluso tenga que ver con que la guerra misma ha tomado otras formas de expresión. Podrían revelarse guerras de virus, guerras informáticas, guerras comerciales, como ya parece estar ocurriendo.

Al mismo tiempo que cerramos el ciclo, abrimos uno nuevo. El resultado final de este encuentro de poderosos mitológicos es imprevisible y seguro en los próximos 34 años dejará un panorama socio-político irreconocible. La acción del Papa abriendo compuertas y liberando información es un símbolo claro de lo que quiero expresar: Plutón desenterró el tema de la pederastia en una institución de poder; Saturno reaccionó de manera conservadora e impuso un proceso largo, tedioso y reaccionario; en el final de ciclo ha llegado la resolución del proceso. Ahora se podría dar una verdadera regeneración. Juntos, Saturno y Plutón podrían seguir ajustando cuentas pendientes en 2020 con la corrupción de algunas corporaciones y algunos políticos; con los abusos sexuales ya canalizados a través de los movimientos «me too» o «el violador eres tú», o con el poder, al visibilizar movimientos como la renuncia del Príncipe Harry, que muestra nuevos caminos.

El encuentro entre Saturno y Plutón, que comenzó en 2019 y se reforzó el 12 de enero de 2020, continúa durante todo este año, cuando debemos estar preparados para que “el viejo” saque de sus entrañas “al hijo” que no quiso ver ni reconocer como una parte de sí mismo. Un hijo que sale completamente transformado. Lo que sale de dentro con él es femenino, ancestral, y tiene que ver con las fuerzas emocionales más intensas. Así que es de esperar que se siga viendo expuesto a la luz, para que se purifique y reine transformado e integrado en un lugar mucho más sano, todo aquello que el patriarcado y su lucha por mantener el status quo ha reprimido y ocultado durante mucho tiempo. 

Desde una perspectiva junguiana, lo que la astrología mundana observa como movimientos de expresión colectiva tiene su origen en la expresión individual de cada uno de nosotrxs. De tal manera que cada vez que nosotrxs, a nivel individual, hacemos una mejor integración y expresión de los procesos personales, estamos influyendo de manera positiva en la expresión de esos procesos a nivel colectivo. Es por tanto nuestra responsabilidad la manera en que vivimos estos ciclos a nivel personal. En astrología Saturno representa, en una de sus dimensiones, la realidad tal cual es en el momento presente. Júpiter representa el futuro, la visión optimista y esperanzada que da el saber que la vida tiene un sentido y un propósito. Por su parte, Plutón representa la energía regeneradora que destapa las heridas del pasado, lo no resuelto y las emociones más ancestrales que necesitan ser purgadas y liberadas para avanzar con menos cargas. Ahora es un buen momento para hacer un resumen y un ejercicio de aceptación de las consecuencias de nuestros actos, bien sean por acción o por omisión. Es decir, es momento de aceptar las consecuencias de lo que hemos hecho o de lo que no hemos hecho. Y todo esto ocurre en el signo de Capricornio que está relacionado con el poder, la autoridad y el gobierno.

En síntesis, se podría concluir que cada uno de nosotrxs estamos inmersxs en un proceso en el que nos toca enfrentar y enmendar los pendientes de todo este ciclo que ha durado unos 30 años. Pero nos toca también recoger los frutos de aquello que ha supuesto un esfuerzo consciente, serio, disciplinado y comprometido. Dependerá del momento vital de cada uno que estas fuerzas se concreten en un sentido o en otro. La fiesta es la misma pero la forma de disfrutarla puede ser diferente. En una fiesta no todos lo pasan igual de bien. Para algunos, los celos, las envidias, las frustraciones pueden ser como el mal trago, puede aguarles el baile.

Nosotros somos protagonistas a nivel individual. Nos toca seguir limpiando el trastero de nuestra casa y el desván. Y nos elevaremos, previsiblemente, a nuevas formas de relacionarnos, de comunicarnos. A nuevas formas de entender nuestro poder personal y de expresarlo. Ya no toca confiar tanto en los que sustentan el poder. Ahora toca empoderarnos y hacer uso activo de nuestro poder como ciudadanos. La lógica es: primero cambio yo en mi escala de valores, después actúo a nivel grupal para trasladarlo a lo social y finalmente exijo y genero el cambio político necesario para concretarlo. La semilla la planto siempre yo en el jardín de mi casa. Si persisto el tiempo necesario en regarla y cuidarla, el resultado tiene la misma repercusión que el aleteo del ala de una mariposa: puede ser el motor de un cambio mucho más amplio.

TRILOGÍA COMPLETA DE TRÁNSITOS DE 2020

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