¡Éramos pocas y llegó la Luna Llena! Después de un intrépido comienzo de año, muy diferente a lo que colectivamente deseábamos, la energía no ha dejado de escalar en intensidad, hasta llegar a la primera de las tres cuadraturas Saturno-Urano -17 de febrero-, el aspecto astrológico más importante del año. El aspecto diseñado para aprender a integrar la necesidad de leyes, normas y estructura con la ansiedad de libertad. Las otras dos cuadraturas que enfrentarán lo viejo desgastado frente a lo nuevo incipiente con cierta radicalidad, se darán en septiembre y octubre, una seguida de la otra. Así hoy, en medio de la noche oscura inundada de estrellas que nos muestran la complejidad de nuestra naturaleza la luna llena asoma en el signo de Virgo, tímida, prudente y sigilosa pero meticulosa y exigente.
Los aspectos del cielo no son especialmente complejos pero es que ya llueve sobre mojado. Estamos cansadas y bajo una presión psicológica importante, en un estado en el que si esto no avanza queremos empujarlo. Y ahí que llega esta luna para recordarnos que la primavera aún no ha llegado y que necesitamos un poco más de contención y de atención, un esfuerzo más. Uno de los aspectos de esta Luna Llena se asocia en astrología a la salud, a muerte y enfermedad, lo que nos enfoca en el autocuidado. No nos habla de nada grave pero sí que viene a recordarnos lo que ocurre cuando descuidamos los pequeños detalles.
Imagínate que, de camino al trabajo se ha pinchado la rueda de tu coche, al llegar has tenido un desencuentro con tu jefe y al terminar el día y la semana no has logrado concretar cómo enfocar un proyecto o idea. Si al llegar a casa, tu habitación está revuelta o el jardín o la terraza de casa da asco, ¡poco importa! Es en esos momentos en que lo grande se come lo pequeño. Olvidamos que la casa revuelta ya venía siendo un síntoma de que algo no estaba bien colocado y que el poner orden en nuestra rutina, en nuestra casa es síntoma de orden psicológico interno. Si lo de dentro y lo de afuera están conectados, esta luna nos invita en estos días a poner orden en lo de afuera como una forma de recolocarnos por dentro. La luna que nos recuerda que el límite externo me reconduce al cuidado de lo interno.
En días anteriores, en relación al evento astrológico que culminó el 17 de febrero es muy probable que sintieras una necesidad interna de un cambio radical o de pulsar algún límite. Me contaba una cliente que sintió el arranque de tirar toda la ropa de su armario por la ventana y renovar el 100% de su vestuario. En ese momento trabajamos con la visión como si fuera un símbolo, no como algo literal. En lo literal sólo hay acto, no queda espacio para buscar y entender el significado. Cuando hay literalidad hay acción o represión y cualquiera de las dos no son el camino. Bien sea ropa, la libertad de expresión o una relación, el momento invita a profundizar en la sentido de esa imagen que nos impulsa a un movimiento radical o extravagante. Tras la visión de tirar toda la ropa, quemar contenedores o querer conquistar o imponer mi visión sobre el otro subyace una necesidad de cambio interno y de equilibrio de poderes.
En esta energía se encuadra, por ejemplo, el debate sobre la celebración del 8 de Marzo, el día de la mujer. Lo que el colectivo necesita no se corresponde con lo que el sistema determina como importante. En este marco lo que importa, lo que se necesita y lo que conviene son ámbitos, ya no sólo diferentes sino que ni llegan a reconocerse. En en la expresión de la fuerza reprimida que amenaza la seguridad y la continuidad de las estructuras e instituciones tradicionales queda poco recorrido para el encuentro de lugares comunes que no es lo mismo que lugares perfectos.
La primavera está a la vuelta de la esquina pero en el hemisferio norte el Sol aún no calienta lo suficiente con lo que aún nos queda tiempo para seguir preparándonos para el cambio de estación, para el cambio de energía. Durante este breve tiempo que viene centra tu energía en los pequeños detalles y en los preparativos para el comienzo del año astrológico. Aunque parezca paradójico, esta luna que nos habla de límite, esfuerzo, trabajo y responsabilidad, tan sólo ha venido a recordarnos la importancia del aquí y el ahora y de la importancia de una rutina equilibrada en el día a día para una salud corporal capaz de acoger un yo más consciente.
RITUAL DE LUNA LLENA: realiza cualquier actividad que hayas desatendido o pospuesto durante algún tiempo, algo que no te apetece pero que sabes que si retomas te dará, más adelante, la satisfacción de lo bien hecho. No se trata de hacerlo perfecto sino de hacerlo, sin vincularlo demasiado al resultado. Hacerlo desde el amor y con alegría.